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domingo, 24 de abril de 2022

Celebrando el día del Idioma 23 de abril


 

El día 23 de abril se celebra el día del idioma en honor a Miguel de Cervantes Saavedra como máxima figura de las letras en lengua Castellana.



Cuando el gobierno del presidente Alfonso López Pumarejo llegaba a su fin, exactamente el 27 de mayo de 1938, se expidió en Bogotá el decreto 707 del mismo año en el cual se instituía el Día del Idioma.

En Colombia, el decreto 707 luego evolucionó en 1960 y se transformó en La Ley 2 del mismo año, en la cual se tomaron medidas para proteger el idioma patrio: la lengua española.

Esta jurisprudencia sirvió como un homenaje al Miguel de Cervantes Saavedra o El Manco de Lepanto, tal vez la figura de la literatura española más importante de todos los tiempos.

Cervantes fue el autor de ‘El ingenioso Hidalgo don Quijote de la Mancha’ y murió un 22 de abril de 1616 (según el calendario gregoriano), pero cuya fecha se cambió a un día después por creencia popular.

Es importante decir que, en 2010, la Organización de las Naciones Unidas estableció, a través del documento OBV/853-PI-1926, esta fecha como el Día de la Lengua Española.

Hay un elemento muy curioso en el día 23 abril y es que se celebra también El Día de la Lengua Inglesa porque en esta fecha, exactamente en 1616, según el calendario juliano, murió William Shakespeare.

Estos son algunos datos curiosos del idioma español:

·         El español es el segundo idioma más hablado del mundo.

·         Es un idioma oficial vigente en los cinco continentes.

·         Existen más de 88.000 palabras.

·         Es el idioma más rápido del mundo porque sus hablantes pueden pronunciar la mayor cantidad de sílabas en un segundo que en cualquier otro idioma.

·         EAOLS, en ese orden son las letras que más utilizamos a diario.


                                                      ACTIVIDAD


Escribe un cuento

1. Busca un tema.

2. Coloca un título.

3. Crea los personajes . Descríbelos. Deben haber antagonistas , protagonistas y secundarios

4. Ubícalos en un lugar. Describe el lugar.

5. Piensa un conflicto.

6. Soluciona el conflicto.

7. Redacta el cuento, corrígelo, mira bien su ortografía.

8. Decora tu cuento.

Y por último socializa.



                                          MAGIA SAVIA DE LEER Y ESCRIBIR

DOCENTE: NELLY ORTIZ MUÑOZ    GRADO 8

FISIDO Y EL FUEGO   

Nunca había oído llover en esa forma y al comienzo sintió miedo. (Siempre sentía miedo frente a los fenómenos de la naturaleza). Despertó con la primera detonación  pero solo después de dos minutos 

-cuando los rayos comenzaron a sucederse unos tras otros-, advirtió cómo los truenos duraban una eternidad recorriendo la selva y tuvo la sensación de que rasgaban el cielo de punta a punta.

La maloca era una gran casa circular que terminaba arriba en una especie de ventana (el “umea wawero”, el fin del universo), por la cual penetraba el resplandor de los relámpagos. Afuera una cortina de lluvia acribillaba la vegetación con gran estruendo. Pero pronto dejó de llover  y volvió a escuchar dentro de la maloca el murmullo de voces cerca de los fogones  y divisó al fondo las caras brillantes de algunos indios, bañadas por la luz amarillenta que despedían las brasas.

Todos eran descendientes de Ideh Hino, la anaconda serpiente acuática que vino de un orbe de ultratumba y entró a este mundo por el Jiri-Jirimo, una catarata gigantesca localizada a dos horas de allí, sobre el río Apaporis. Entonces se transformó en criatura humana.

Cuando cesó la tempestad debían ser las tres y media de la madrugada. Sin embargo, vio cómo en el área de los casados, una mujer comenzaba a soplar el fogón cercano a su chinchorro y cuando se avivó el fuego, que había permanecido latente desde el comienzo de la noche, llamó a sus hijos y a su marido y los cuatro colocaron a la lumbre  algunos trozos de carne recién capturada por aquel.

Los indios no tienen una hora fija para comer. Eso depende del momento en que los peces se dejen pescar o los animales permitan que los cacen. Y se duerme poco, desde las primeras sombras, los abuelos hablan con susurros y los niños escuchan atentamente. De rato en rato, niños y abuelos cabecean , luego dormitan un poco y cuando el caraño chisporrotea, mueven suavemente la cabeza, se acomodan mejor en sus chinchorros y unos vuelven a contar y los otros a escuchar.

Aquella noche, el caraño, un palo aceitoso que permanece prendido cerca del “basá ma”( el lugar del baile, en el centro del recinto), dejaba escapar un finísimo hilo de humo que ascendía y se acumulaba en la parte más alta del techo. De allí para abajo todo era un mundo de sombras y medias luces,  perfiles de rostros de mujeres, hombres, niños al contraluz de sus fogones o siluetas distorsionados de brazos, manos o cabezas proyectadas sobre el techo y las paredes laterales por las mismas luces y las mismas sombras.

Y así con aquella visión inolvidable, esa madrugada pudo entender por fin que para esos niños y esas mujeres y esos hombres, la maloca no sólo representa un lugar  que los resguarda del clima o es el recinto donde crecen, aprenden de los abuelos y luego son sepultados, sino algo que simboliza el mundo entero y la totalidad del cosmos.

Entonces recordó a Alejandro Huitoto, un hombre pequeño y sabio que había conocido algunas semanas atrás en el Igará Paraná, banda izquierda del Putumayo, cuando una noche cerca del fogón les contaba a sus  hijos cómo en la época de antigua, hace mucho tiempo, cuando había muy poquita gente sobre la tierra, los hombres estaban sin el fuego y pasaban trabajos porque lo poco que comían era cruda y se privaban de muchas cosas sabrosas y no podían hacer asuntos importantes por falta de luz , como por ejemplo la cacería del caimán o de venado por las noches  y tenían problemas en el camino  porque algunas veces no veían los obstáculos: palos caídos, chambas, huecos, raíces. Entonces se tropezaban y se caían y se herían los pies, manos, cabeza.

Entonces un payé o sea el abuelo jefe, se puso a pensar cómo hacía él para conseguir la candela. Pensó y pensó y finalmente se le ocurrió llamar a un pariente que tenía Cara Paraná arriba y que era compadre suyo. Llamó a Fisido

 (Fisido es el nombre que en lengua muinane le damos al picaflor), y Fisido le dijo que él conocía un abuelo de antigua que era el dueño de la candela, pero que la mezquinaba mucho y no se la quería entregar a la gente porque no se portaban bien. Que él iba a hacer lo posible por encontrar esa candela.

Entonces Fisido se fue a buscarla y cómo ya sabía dónde estaba, voló y voló y voló muchos días y muchos atardeceres y casi por las noches y en los amaneceres  pasó ríos y lagos y raudales y montañas y valles y tremedales  y chuquiales y más montañas  hasta que encontró un río con aguas que tenían un sabor diferente y allí tuvo que inventarse una trampa porque el viejo era sumamente astuto: Fisido se convirtió en coquito( la fruta de la palma de chambira) y se dejó caer en el río, quedó flotando y así pudo viajar. Bajó por el río y bajó y bajó y bajó y bajó por entre esa selva dando vueltas para un lado y para otro, hasta que empezó a acercarse a la cueva del viejito que era dueño de la candela y que la mezquinaba mucho y que vivía solito con su nietecita. El viejo vigilaba esa candela de día y de noche por las tardes dormía con un solo ojo porque con el otro estaba pendiente del fogón.

Cuando el coquito se acercó más a la cueva  del viejito y su nietecita. Fisido de convirtió otra vez en pájaro y por supuesto empezó a chapaliar en el agua y como no sabía nadar casi se ahoga. Pero eso era lo que él quería, porque la nieta del dueño de la candela lo vio y lo recogió con mucho cariño y se fue con él para donde el abuelo y le dijo: “Abuelito, abuelito, mira este pajarito que me encontré ahogándose  en el río. Qué hermosura, que pajarito tan chiquito y tan lindo. ¿Me das permiso de guardarlo?”. Como el viejo quería mucho a la niña, le dijo que sí. Y ahí fue cuando dio resultado el truco porque como Fisido estaba muy mojado y sumamente frío el abuelo le aconsejó a la niña que lo pusiera junto a la candela para que se calentara y se secara. La niña lo puso a secar, pero el viejo siempre vigilaba la candela  y siempre vigilaba que no fuera a suceder nada extraño .Pero, al fin y al cabo, la niña estaba allí y al viejo se le hizo tan inocente el pajarito, descuidó un poco la vigilancia y se acostó en la hamaca a cantar canciones, que eso es lo que la gente adulta hace  por las tardes para que no se olviden y para que los niños vayan aprendiendo poquito a poco la historia de ellos.

Entonces, Fisido medio abrió el ojo y notó que el viejito estaba a medio dormirse, medio cantando y medio roncando ya, y empezó a tragarse varios tizones encendidos. Y cuando ya se había tragado varios y estaba bien seco, que se había calentado otra vez y podía volar sin problemas, levantó y se fue.

Tan pronto cruzó por la boca de la cueva, el viejo se dio cuenta de lo que le había hecho y se enfureció mucho pero ya era tarde porque Fisido vuela con mucha rapidez y se pierde encima del follaje de la selva fácilmente. El viejito salió a cazarlo con la bodoquera pero, ¿por dónde lo iba a ver? Un pajarito tan diminuto y tan pequeño…Fisido se le salió por entre los bejucos, por entre las ramas de los árboles, por entre las hojas y logró perdérsele y agarró por el río arriba y el llevaba su cuerpo lleno de tizones encendidos  y se aguantó y se aguantó. Otra vez voló y voló muchos días y muchos atardeceres y casi por las noches y por los amaneceres volvió a cruzar ríos y lagunas y tremedales  y chuquiales y montañas  y valles hasta que regresó  a donde los compadres de él y les dijo: “Aquí les traigo la candela y vomitó los tizones  y ya la gente cogió esos tizones con mucho cariño y comenzó a soplarlos cuidadosamente y a ponerles a los lados el nido de una hormiga que se llama raya. Esta hormiguita es del aire y construye su nido con una lanita muy seca y muy limpia que quema fácil. La pusieron ahí y comenzaron a soplar y soplar hasta que nació la gran candela. La única cuestión que hay es que por haberse tragado esos tizones encendidos, a Fisido le quedó incendiado el cogote. Por eso las plumas del picaflor son rojitas en el cuello.  

                                                    ACTIVIDAD


1.  Leer el anterior cuento.

2. ¿Cuál es el tema del cuento? Es decir: ¿de qué trata? Redáctelo en dos renglones.

3. ¿Cuáles son los personajes y descríbalos?

4. ¿Cuál es el protagonista?

5. ¿Dónde se desarrollan los hechos?

6. ¿Cuál es el tiempo?

 7. Elabore el argumento Tenga en cuenta los tres momentos (iniciación, nudo y desenlace).

8. ¿Qué género literario emplea el escritor?

9. ¿Cuál es la enseñanza?

10. Consulte el vocabulario desconocido.

Payé                  Acribillaba     Picaflor

Tizones   Caraño Detonación 

     

11. En la siguiente sopa de letras encontrarás  palabras sinónimas  ubícalas con sus respectivos sinónimos.

Carbón     viejo     tiro        tizón

 Leño       madero  detonación

  Partículas    

  Veterano   gigantesco    estallido      disparo

Anaconda        Chapalear

Payé                  Acribillaba     Picaflor

Abuelo                   Enorme

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